Confesiones de Pablo Escobar a 'Popeye'
Mauricio
Aranguren relata un encuentro de ‘Popeye’ con su ‘Patrón’ en el que le
revela sorprendentes secretos sobre su vida y sobre muchas de sus
acciones delictivas. Primera parte.
Confesiones de Pablo Escobar a 'Popeye'
Tenía
doce años de edad y cinco días cumplidos la mañana en la cual descubrí
que por mis venas corría sangre fría. Ese jueves se parecía a cualquier
otro, pero no fue igual. A la salida del colegio, ante mis ojos y frente
a mi heladeríafavorita, fui testigo de cómo dos hombres, machete en
mano, seenfrentaban a muerte. Uno de ellos se resbaló y allí, al
bordemis pies y mi niñez, con sevicia, uno le dio al otro un machetazo
en la yugular. La sangre salía aborbotones. La gente se escondía ante el
horror. Pero yo no. No corrí. La sangre me fascinó. Esperé hasta que la
victimafalleciera y el victimario comenzara a huir. La larga láminadel
arma, plana y brillante, casi medieval para mi inocentemirada, quedó
manchada del color rojo oscuro de la sangre derramada. La mano de aquel
tipo temblaba sin dejar de aferrarse al mango del machete. Salpicado de
muerte, el hombre se vio sorprendido por mi impávida presencia, no me
quitó los ojos de encima durante unos segundos, casi eternos.
Yo
le sostuve la mirada hasta que escapó. Caminé a pasolento, despacio y en
silencio me fui a casa.Así perdí la inocencia y volví a nacer para el
mundo que me tocóvivir, no aquel que mi madre soñó para el pequeño Jhon
Jairo Velásquez Vásquez, sino el que me encontré en la calle y en lomás
profundo de mi condición humana. A partir de ese día, yo ya no fui el
mismo. Poco a poco y sin notarlo, comencé atransformarmeen ‘Popeye’.
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